Ayer se inició la cuarta edición del “reality
gastronómico” TOP CHEF. Asumo la contradicción, al menos por esta vez, de haber
sido uno de los, supongo, millones de espectadores que mantuvieron su atención
(en mi defensa intermitente) en el televisor, mientras de forma, unos masoquista
(los aspirantes) y sádica otros (el jurado), se exhibían en lo profesional y en
lo íntimo ante la audiencia.
Cada vez tengo más claro, y estos espectáculos esperpénticos
me lo confirman, que la Psicocina Socioafectiva está radicalmente en contra de
esta forma de hacer gastronomía.
Más allá del nivel profesional en el que se sitúan los
concursantes, resulta del todo increíble que esos platos de comida puedan
alimentar. Tanto llanto, tanto sudor, tanta rabia, tanto estrés, y tantas manifestaciones
de emociones desadaptativas, lo único que transmiten, como las lágrimas de Tita
en el guiso (la protagonista de “Como agua para chocolate”) es quebranto para
el alma a quien pruebe esas elaboraciones.
Por mucha técnica en la ejecución, por mucha originalidad
en la elaboración, por mucho afán de superación que se quiera representar con
esta “alta cocina”, lo que nos aporta es toxicidad emocional, y como
consecuencia de ello “rebaja nuestra humanidad”. Así que, en beneficio para
nuestra salud integral, haremos bien en evitarla.
Y si esto lo aplicamos al ámbito amateur, como es el caso
de su primo hermano MASTER CHEF, pues mayor justificación para el rechazo y la
crítica.
Así que, como digo en “Gastronomía para Aprender a Ser Feliz”…
Lo confieso, me gusta comer, me gusta mucho comer,
pero disfruto, aún más, dando de comer. Será por mi vocación de maestro, de
alimentador de mentes y corazones, de cocinero de platos de aprendizaje, que se
ofrecen desde la generosidad de ayudar a los otros a crecer, a desarrollarse, a
orientarse hacia el fin de su felicidad. Y desde esta misión personal he
escrito este material con claro sentido formativo. Como el libro de cocina de
Tita la protagonista de “Como agua para chocolate”. Un libro para hablar del
corazón, las emociones y el camino hacia nuestra propia felicidad. ¡Que deseo
más bonito! Un libro para mis descendientes que no se quema en el incendio.
Todo lo contrario a los Top y Máster Chef
televisivos. Estos reality show expresan la antítesis de lo que trataremos en
este manual, y que se resume en la imagen contradictoria del mediático chef
Alberto Chicote con un corazón dibujado en su chaqueta naranja de cocinero y la
frase eliminatoria “coge tus cuchillos y vete”.
Aquí no se expulsa a nadie. A este espacio
bibliográfico de maridaje entre la psicología de la felicidad y la gastronomía
está invitado/a quien quiera alimentar su corazón, quien tenga hambre de
emociones y creatividad.
Aunque sea así, me reservo el derecho de seguir viendo algún trozo de algún que otro capítulo del programa (porque no creo que tenga estómago y corazón para soportar uno completo), en el interés de realizar el sano y divulgador ejercicio de criticar y proponer alternativas. Como dice un buen amigo: “la seguimos”.