Este vídeo inspirador me recuerda al párrafo de la introducción
del libro: “Gastronomía para aprender a ser feliz”, que a continuación les reproduzco. "¿Qué harías si te quedara sólo
un día de vida? ¿A qué dedicarías esas últimas 24 horas de tu existencia? Por mi parte lo tengo claro: me
levantaría bien temprano, al alba, mientras el resto de mi familia duerme. Me
dirigiría al mercado central del municipio de La Laguna, y transitaría entre
los puestos de carnes, verduras, frutas, dulces; disfrutando con todos los
colores, olores y sabores del género, y recopilando el conjunto de alimentos
con el que preparar una suculenta comida para compartirla con los míos. La
manducatoria comenzaría con un copioso desayuno, continuaría, tras un paseo por
algún hermoso sendero de los tantos que posee nuestra isla, con un almuerzo y
una dilatada sobremesa en la que estarían invitados todos aquellos/as que
considero amigos/as, y empataríamos con una cena a la luz del reflejo, en
nuestro trocito de océano Atlántico, de la luna que nos toque (si es llena
mejor). Ya el resto del plan de actividades lo dejo dentro del ámbito de la
intimidad del autor"
GASTRONOMÍA PARA APRENDER A SER FELIZ |
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