El vídeo que les enlazo más abajo conecta muy bien con las palabras que utilizo para introducir la publicación de referencia de este blog:
"Ahí va la pregunta: ¿qué harías si te quedara sólo un
día de vida? ¿A qué dedicarías esas últimas 24 horas de tu existencia?
Por mi parte lo tengo claro: me levantaría bien
temprano, al alba, mientras el resto de mi familia duerme. Me dirigiría al
mercado central del municipio en el que resido (La Laguna, Tenerife, Islas
Canarias), y transitaría entre los puestos de carnes, verduras, frutas, dulces;
disfrutando con todos los colores, olores y sabores del género, y recopilando
el conjunto de alimentos con el que preparar una suculenta comida para compartirla
con los míos. La manducatoria comenzaría con un copioso desayuno, continuaría,
tras un paseo por algún hermoso sendero de los tantos que posee nuestra isla,
con un almuerzo y una dilatada sobremesa en la que estarían invitados todos
aquellos/as que considero amigos/as, y empataríamos con una cena a la luz del
reflejo, en nuestro trocito de océano Atlántico, de la luna que nos toque (si
es llena mejor). Ya el resto del plan de actividades lo dejo dentro del ámbito
de la intimidad del autor".
Y es que, en estas fechas de especial resonancia emocional, la propuesta de la PSICOCINA SOCIOAFECTIVA bien podría utilizarse como un recurso para actualizar nuestras prioridades vitales.
POR ESO INSISTO...
https://m.youtube.com/watch?v=D-3KLwLkXfA&feature=youtu.be
Este espacio es para quienes busquen ANIMENTACIÓN con la que alimentar el alma a través del cuerpo. Un lugar donde compartir experiencias y reflexiones sobre la GASTROFELICIDAD, o lo que es lo mismo, sobre las estrechas y nutritivas relaciones entre la gastronomía y el "bien-ser". El sitio en el que poner en común recetas de cocina socioafectiva como recurso metodológico para la EDUCACIÓN EMOCIONAL. Bienvenido y bienvenida a este blog gastronómico para APRENDER A SER FELIZ
martes, 27 de diciembre de 2016
miércoles, 14 de diciembre de 2016
miércoles, 7 de diciembre de 2016
La PsiCocina Socioafectiva en EducAcción
Con este encabezado y su correspondiente etiqueta identificaremos
ejemplificaciones de recetas de cocina socioafectiva, de modo que puedas
tenerlas como referencia para su puesta en práctica. Si participas de esta manera de entender y aplicar educativamente la gastronomía al desarrollo emocional puedes compartir tus recetas socioafectivas en este espacio. Me las pueden enviar al siguiente correo y "gustosamente" (nunca mejor dicho) las incluiré en una entrada de este blog: gastronomiayfelicidad@gmail.com
Aquí va la primera. Está elaborada por dos maestras emocionales recién salidas del horno. En el enlace podrás seguir los pasos de su elaboración. Que les aproveche.
Aquí va la primera. Está elaborada por dos maestras emocionales recién salidas del horno. En el enlace podrás seguir los pasos de su elaboración. Que les aproveche.
lunes, 24 de octubre de 2016
¿QUÉ MEJOR MANERA DE EDUCAR QUE COCINANDO Y COMIENDO?
COCINAR y COMER lo tienen todo
para garantizar un buen aprendizaje. Es un acto cotidiano, ocurre o al menos
debiera ocurrir tres veces al día. Es un hacer, y como mejor se aprende es
haciendo, actuando. Tiene una dimensión integral porque implica/influye en el
cuerpo y el alma. Es emocional, nos vincula afectivamente desde la emoción
compartida, y nos trasciende emocionalmente cuando alimentamos al otro.
Por eso, como
indico en la publicación, este enfoque psicogastronómico “integra perfectamente los tres aspectos constitutivos del concepto que
hemos acuñado como “gastrofelicidad” para referirnos a la íntima relación entre
ambos aspectos, ya que a nuestro juicio la relación entre cocina y felicidad es
de tipo triangular: Comer, como una experiencia placentera y como un acto amoroso con uno mismo
(ser feliz uno mismo a través de la comida). Comer juntos, como la vivencia colectiva del placer de alimentarse
juntos y del sentimiento amoroso de fraternidad y solidaridad que ello supone
(ser feliz con los demás en torno a una mesa). Y dar de comer, entendido
como un acto de amor a través del cual promueves la felicidad del otro y la
propia a través del compromiso emocional con la cocina (ser feliz haciendo felices a los demás alimentándolo)”.
¿SOBRE QUÉ TRATA ESTA OBRA?
Con motivo de mi 50 cumpleaños reuní a mis seres
queridos con la intención de hartarlos afectivamente con una comida emocional
que rebosase de generosidad y amor compartido. Quería convidarles (preciosa
palabra, CONVIDARLES = CON-VIDA-DARLES = DARLES VIDA CON) para celebrar
alimenticiamente nuestra amistad.
Pues bien, este
libro no es más que la traducción escrita de una metáfora vivencial de esa
experiencia emocional transformadora y su aplicación al ámbito de la educación.
Porque como expreso en la introducción: “… ahora
entiendo el gesto de fraternidad radical que realizó Jesús de Nazaret, quien,
sabiéndose amenazado de muerte y para despedirse, convidó a sus amigos a un
encuentro de profundo contenido nutritivo y emocional hacia los suyos. En el
que además nos regaló un claro antecedente de la propuesta psicogastronómica
que en este libro te presentamos, al utilizar el pan como emblema afectivo con
el que alimentar socioafectivamente a los comensales de esa última cena. El
reparto del pan es una magnífica metáfora del compromiso con el otro, del
vínculo significativo con el próximo. Compañero/a es aquel que comparte el pan,
comparte la vida; un símbolo de una potencia socioemocional extraordinaria con el
que se refuerza el sentido de nuestra propia humanidad.
¿POR QUÉ ESCRIBÍ ESTE LIBRO?
La razón fundamental, primigenia, tiene que ver con
la experiencia de ser hijo de Amparo Hernández Hernández ("Amparito"). Este es el motivo por el que le dedico esta publicación con las siguientes palabras: “Por mi madre, quien mi inspiró y transmitió con su testimonio de vida,
cotidiano y amoroso, el sentido profundo y radical de la cocina socioafectiva”.
Efectivamente,
aunque no haya sido muy frecuente oírle enunciar la frase: “te quiero” (la
pobre bastante tenía con preocuparse por sacarnos adelante), ahora siento que
con cada plato de comida que realizaba y nos ponía en la mesa estaba
“encarnando” y expresándolo, y con ello alimentándonos afectivamente. Por eso,
insisto, este libro se escribió por su maternidad. GRACIAS MAMÁ.
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